jueves, 13 de mayo de 2010

Serie Lo que Seremos

Huellas




Nieve Tropical 2010 Acrílico y lápices sobre papel

Hemos sido delegados para cuidar de manera atesorada una creación especial y única en el universo, pero nos ha costado poner en equilibrio desarrollo y entorno; despojarnos de nuestro egoísmo no poniendo toda la tierra a nuestro servicio y pensar en dejar margen de deleite visual y calidad de vida para futuras generaciones. En realidad, nuestras actuales generaciones ya experimentan el doloroso embate de desastres ecológicos. Ha surgido entonces una nueva paleta de colores sobre la faz de la tierra; un carcinoma de piel que revela marrones, ocres, grises y ausencias de verdes.

Nuestra mayordomía sobre lo que nos ha sido encomendado ha sido pobre y dejará tristeza a nuestro paso: dolor para los que nos seguirán a futuro, reclamándonos amargamente por nuestra falta de amor y compasión por su bienestar. Aunque en este escenario de destrucción surge una paleta interesante para el artista, éste, o al menos algunos en nombre del impacto del arte en relatar los devenires humanos, tienen una responsabilidad, al igual que la literatura o la música, en conducirnos a la reflexión y dejar huellas memorables que confronten la indolencia y la falta de inquietud. A través de colores acentuados, algunos fríos en extremo, pretendo resaltar mi propia preocupación y tomar parte en una contracultura que debe dar lugar a un cambio. Algún día nuestra rendición de cuentas llegará y este aspecto del impacto sobre nuestro habitat global ocupará un lugar especial en la misma.



Derrame 2010 Acrílico y lápices sobre papel



Aguas Locas 2010 Acrílico y lápices sobre papel



Deshielo 2010 Acrílico y lápices sobre papel


Vestigios 2010 Acrílico sobre papel



Lluvia Acida 2009 Acrílico sobre lienzo 50x100

Serie Encuentros



Lecho sin Mancilla Hebreos 13:4 2010, acrilico y laminilla oro sobre papel

Lecho sin Mancilla Heb 13:4 2010, óleo sobre lienzo 80x160 cms Prop. Flia Borrero


El Bastidor de Encuentros


'Ishshah - אשה, Varona - exclamó Adán - איש, 'iysh, Varón - con asombro al despertar del inevitable sueño en el cual había sido sumergido para hallar a su costado el precioso regalo que Dios le había preparado, creado y ofrecido para resolver su soledad y completar su encuentro con otro ser, en este caso con otra creación única; ya Adán había empezado a participar de su encuentro con Dios en una relación vertical.

Toda vivencia humana comparte encuentros; Dios nos creó y preparó para vivir en medio de encuentros, primero con El y luego con aquellos a nuestro lado. Aun en medio de algún aislamiento personal se transita hacia algún tipo de encuentro: la crisis, la soledad, el descanso, la nostalgia, el anhelo de retornar hacia otros y especialmente hacia El. No salgo personalmente del asombro de la capacidad creativa de mi Creador: cómo esculpe nuestras realidades para atraernos hacia El, permanecer en El y con El.

La tensión de apartarse o el deseo de permanecer en un encuentro con otros se da en medio de entornos, se envuelve en emociones, percepciones y resultados que muchas veces para su representación pictórica, musical o teatral, resulta útil apelar a la abstracción o el expresionismo, que realzan dicha representación. Aun lo figurativo se ve a veces obligado a pendular entre la misma abstracción y el expresionismo que tienen una infinita fuente de recursos en línea, composición, paleta y textura para plasmar la intención del artista. Los fauvistas, post-impresionistas en general, expresionistas y artistas abstractos llevaron la posibilidad pictórica de los encuentros humanos a dimensiones que para el observador de una obra han significado en sí, el poder entrar en nuevas esferas de asombro y encuentros, con interpretaciones de realidades y vivencias que pueden resultar intensas.

En la Serie Encuentros he pretendido significar cómo una interacción observador-obra lleva a otros a sus propios hallazgos y encuentros personales, a través del color y la tensión de momentos humanos cuya fuente es la Biblia, y donde nuestra cotidaneidad testifica de tensiones y experiencias similares.

LUIS SANIN


Jacobo y el Angel-Sumisión 2010 óleo y acrílico sobre cartón 30x50

Jacobo y el Angel-Lucha 2010 óleo y acrílico sobre cartón 30x50 cms

Reposo Salmo 23 2010 óleo sobre lienzo 70x100 cms. propiedad Flia Mendivelso

Pesca Nocturna Juan 21 2010 óleo sobre lienzo 70x100

Una Mano... mixta sobre cartón 2010

miércoles, 27 de mayo de 2009

Serie Kerygma

KERYGMA, RAZON PARA UN DISCURSO PICTORICO





Kerygma: proviene del griego κήρυγμα , proclamar como un emisario.

Toda expresión artística pretende representar y/o dar respuesta a una cosmovisión: el entendimiento personal o colectivo de nuestra procedencia y por ende quién soy, nuestra esencia de conexión con un ser creador, la interacción y relación con otros, y nuestro destino final en esa historia que cada uno vive. Como artista cristiano, esa respuesta parte necesariamente de comprender y aceptar a Dios como creador de una obra única, perfecta y hermosa en principio, lamentablemente quebrantada y manchada por Su misma creación posteriormente: barro rebelde que no se dejó moldear en el torno del alfarero.

Dios decide no conformarse al status-quo de independencia relacional que el ser humano ha pretendido establecer con El como algo inexorable, sino que plantea un plan para intervenir Su creación nuevamente con una estética de orden superior que la transforme y así encaje en Su plan original; se ajuste a Su estándar de belleza. Una estética de vida, que se concibe de parte de un Dios que derrama todo Su anhelo de artista restaurador sobre Su obra deteriorada y que por ello conlleva dolor y agonía creativa por llevar Su obra hasta un punto climático y único. Ese punto climático es pincelado en la historia con trazos bermellones -Su Hijo- impresos inegablemente, huella indeleble en la historia que ya no podrá ser borrada del cuadro de la tragedia y esperanza humana. De allí se levanta la paradoja de la belleza en medio del dolor y la aparente imperfección de un plan, esos bermellones derramados se convierten en mensaje del autor, y dan vida a un kerygma para abrazar una nueva belleza -Su Crucifixión- y una nueva vida. Cuantos han sido transformados por ese kerygma como expectadores y oidores, han reconocido que aceptan esa intervención creativa de Dios como necesaria: sus vidas se convierten en lienzos para ser repintados con una nueva estética de vida tanto tiempo anhelada.

La historia universal del arte está salpicada de hermosos intentos de reflejar ese plan del Creador de creadores, como un grito de esperanza y de aceptación de un destino futuro que será aún más sublime, hermoso y perfecto, sin embargo nuestros intentos como artistas se quedan cortos y son tan sólo un reflejo de lo que fue y lo que será.

Dios quiere retornarnos a la perfección y hermosura de un cuadro inicialmente concebido, pero que ahora se encuentra definido y preparado en la eternidad, el punto de llegada final, a manera de "instalación artística" donde cada uno podría tener la posibilidad de verse re-creado. Para el artista cristiano esto implica proclamar de diversas maneras creativas la esperanza de esa nueva estética de la vida y permitir que el arte sea más que un elemento de coleccionistas y decoración, un espacio de reflexión, inquietud, consolación, esperanza y cambio.

Toda creación de Dios es posibilitada a través de un medio que da poder y vivifica la obra; contiene el sello de Su agente inspirador y transformador, y todo ello tiene su devenir en el Espíritu Santo. El a su vez expone a Cristo encarnado, como representante de cuan bello es lo humilde, y cuan perfecto lo débil; gran contradicción aparentemente para nuestra mundo posmoderno. Todo artista enfilado o no en esta creencia ve su obra revelarse por un medio, y creálo o no ese medio es el Espíritu Santo, pues su don es imposible sino es por El, co-partícipe de la creación original, y por lo cual todo artista debe participar en su intento de representar o interpretar, en ser imagen y semejanza -reflejo- de Su Dios creador.

Mis obras reflejan de manera humilde pero convencida, la experiencia de comunión con ese Dios creador que quiere devolvernos a un escenario perfecto y hermoso ya preparado en la eternidad. Algunas de estas obras son casi icónicas o un avatar del mensajero -imagen que no permite ambigüedades- en lo que representan, y procuran la síntesis de alguna experiencia humana, de lo que es vivir dentro o fuera de ese plan mientras somos insertados en esa instalación de perfección y hermosura; honor inmerecido dado a quienes hemos optado por aceptar un lugar en la misma. Mientras tanto, reflejo el ser testigo y extraigo la belleza de los contrastes que Dios nos permite experimentar: la belleza y estética del dolor, el gozo de una transformación, las crisis que invaden el cambio, las rupturas con el entorno, los anhelos de trascendencia, lo hermoso y fuerte de lo frágil y el relato de tensiones puntuales; todo ello desde imágenes insinuadas, abstracciones de color, textura y composición, pero sobre todo a partir de una narrativa y mensaje -Kerygma- que Dios inició y completará en Su taller maestro: la salvación del ser humano y su morada eterna, mi razón para un discurso pictórico.

LUIS SANIN



PERDON Mateo 9:6 2009 óleo sobre cartón

AGUAS VIVAS Juan 4:10 2009 óleo sobre cartón

PROPICIACION Juan 1: 29 2009 óleo sobre cartón



PROPICIACION Juan 1:29 2009 óleo sobre cartón




TORMENTA Marcos 4:35-41 2009 óleo sobre papel acuarela


CRUCIFIXION Juan 19: 17-37 2009 óleo sobre cartón


CRUZNOFICCION Juan19: 17-37 2009 óleo sobre cartón





ZARZA ARDIENTE Exodo 3: 2-3 2009 óleo sobre cartón








EDEN EN INVIERNO Génesis 1:14 2009 óleo sobre cartón









LA PUERTA Apocalipsis 3:20 2009 óleo sobre cartón

PRIMER REFLEJO Génesis 1: 8-9 2009 óleo sobre cartón








TRONO DEL CORDERO 2009 óleo sobre cartón









RECONCILIACION 2 Corintios 5: 19 2009 óleo sobre cartón




CREACION-MALEZA Génesis 1: 11-12 2009 óleo sobre lienzo 80x80



















Orígenes y Arte

Picasso en Lascaux

En uno de sus ensayos, C.S. Lewis (29 de noviembre de 189822 de noviembre de 1963, célebre profesor de Oxford, y recordado por extraordinarias obras como la Las Leyendas de Narnia, Trilogía Cósmica, Cartas del Diablo a su Sobrino, y Mero Cristianismo), compuso una fábula con el fin de ilustrar una compleja cuestión.

Se trata de la historia de una desgraciada mujer que es encerrada en una mazmorra; allí da a luz un hijo que crece en aquel triste lugar, sin otro contacto exterior que con las paredes y el suelo de la celda, ya que la pequeña ventana abarrotada que dejaba entrar la luz se encuentra inaccesible a lo alto, y desde él no se se divisa paisaje alguno. Aquella mujer era artista, y se le permitió llevar consigo unos blocks de dibujo y unos lápices, así como sus naturales e imborrables recuerdos del mundo exterior. A medida que el niño crecía, la madre se afanaba en explicarle cómo era la realidad exterior –los campos, las ciudades, los ríos, las montañas, las olas sobre la playa- por medio de sus elaborados dibujos. El hijo, atento, procuraba hacerse una idea de cuánto le decía y dibujaba su madre. Pero un día, el niño le expuso algo que la hizo vacilar, y pensar que su hijo había podido ir creciendo con una concepción bastante errónea de todo lo que ella le explicaba. “ No creerás –le preguntó la madre entrecortadamente-, que el mundo real está formado por líneas dibujadas a lápiz?”, a lo que contestó su hijo con sorpresa, “¡Cómo!, ¿es que no hay trazos de lápiz?”, mientras que su entera noción del mundo exterior, hasta entonces débilmente imaginada, se tornaba en un inmenso vacío, ya que las líneas y trazos de lápiz, único medio que le permitían imaginarlo, habían sido suprimidas de él.*

La historia del joven cazador cavernícola quizá se parezca a la de este muchacho donde su interpretación de la realidad estaba sometida a la capacidad del pintor rupestre, de interpretar, a manera de reportero gráfico, las escenas de caza y defensa de animales primitivos. De no haber entrado en contacto con dichos animales, su identificación en el campo estaba ligada a aquellos trazos estilizados, simplistas algunos y más elaborados y expresionistas otros. De igual manera, nos ha quedado a nosotros tener que interpretar y aceptar una posición frente al dolor de la guerra civil española a partir de los trazos fragmentados, planos, pero a la vez tridimensionales y multiescénicos del Güernica. El genoma del pintor rupestre ha traspasado generaciones, de pintor en pintor interpretando, no representando simplemente una realidad visible. Es por eso quizá que puedo atreverme a decir que el genoma de Lascaux o de Altamira, quedó grabado irreductiblemente, o más bien explosiva e innovadoramente en Picasso, Matisse , Monet, Seurat, Modigliani, Giacometti, Tapies, Botero o Germán Londoño. De hecho mi atrevimiento es mayor en poder afirmar: Picasso estuvo en Lascaux...desde siempre!


Cuevas de Lascaux (fotos superiores) y Güernica de Picasso (inferior)



La historia que nos cuenta Lewis viene a coincidir en su desenlace con algunos relatos sobre la dificultad inicial que mostraban algunos aborígenes primitivos, apenas comenzando su interacción con culturas que les ofrecían los primeros albores de la tecnología, para entender las imágenes fotográficas, grabados y dibujos a los que quedaban expuestos sus ojos. Así como cada espectador maravillado en Lascaux estaba al borde del paroxismo contemplando las imágenes de caza, animadas con la incandescencia del descubierto fuego, sobre estas representaciones dramáticas y estilizadas, interpretativas de escenas violentas, el niño de la fábula creía, al ver los dibujos de su madre, que la realidad estaba formada por algo así como un conjunto de siluetas y borrosidades, similares a las líneas, trazos y manchas de lápiz. De igual manera los aborígenes australes, o de cualquier latitud, no conseguían relacionar lo que veían en el papel con la realidad que observaban. Y es que, acostumbrados a la lecturas de dibujos, llegamos a olvidarnos que estos no son más que simulacros de la realidad, y no necesariamente para imitar la realidad, ejecutados mediante hábiles recursos que nos permiten ver y entender lo que en ellos se representan, más aún con la interpretación personal de parte del artista, donde pueden intervenir el dolor, la esperanza, el registro histórico y socio político, la protesta, la mirada personal y la entrega de nuevas formas sobre la forma, en este último caso derivando por ejemplo en la abstracción. Es la interpretación de la realidad para una nueva realidad, lo que se viene desarrollando desde Lascaux hasta nuestros tiempos.


Es en esta confrontación entre la interpretación del artista, especialmente cuando se adentra en las riquezas de la abstracción, y la necesidad de apegarse a la realidad de muchos observadores, que surge frecuentemente de parte del observador, la inexorable pregunta: ¿Qué o quién es?, ¡¿A qué se parece?! Pero, el observador que se desprende de la realidad representada y se sumerge en la realidad recreada e interpretada del pintor, puede disfrutar nuevos planos y mundos; la compañía de el don iniciado e insertado por Dios en los hombres para acompañar sus ojos y su mente en mundos y lecturas personales. En esto habremos de incluir toda forma artística, incluída la fotografía, la cual ha dejado de ser para muchos una forma de representación fidedigna y pasado a ser, igualmente, un arte interpretativo; integrador de técnicas e historias.

Sin embargo, es necesario decir que es también el conocimiento de la realidad la que nos permite disfrutar mayormente la interpretación del artista, en la explotación de recursos pictóricos, experiencias personales y sueños de trascendencia, y aceptar el reto de esas nuevas propuestas.


LUIS SANIN


*Conferencia dictada por C.S. Lewis en la Universidad de Oxofrd en 1944, publicada con título de “Transposición” en They Asked for a Paper, Oxford, 1962.